En el siglo XX! y todavía estamos tratando de responder a las preguntas de por qué estamos aquí, cómo llegamos y de qué estamos realmente hechos. Que es el universo, y hacia donde vamos como entidad dentro de ese universo desconocido.
El infinito y sus dimensiones son cosas que me causan un estremecimiento espiritual por su misma infinitud y sus consecuencias.
Por esta razón cuando me tiendo sobre la tierra mirando el cielo de dia, me embarga una desazón muy grande. De noche me llegan las fronteras con las imágenes de las estrellas y tengo entonces una certeza de que existe alguna solidez en toda esa inmensidad, es el vacío lo que produce desasociego.
Un día, mirando por la ventana de mi cuarto en la residencia estudiantil, viendo la vida pasar con los ires y venires de los habitantes de esa ciudadela, cuando estaba en el unmbral mismo de mi edad adulta, lo ví cruzar la pequeña plaza que dividia dos edificios. Fue una sensación que nunca habia sentido anteriormente, era una experiencia tan fuerte que me me aflojaron las pierna, se me agitó el pulso y no sabia ni quien era él, ni de que país venía.En el pecho se enciendió una llama abrasadora, que me quitaba el aliento. Muchas otras veces lo vi y la sensación se repitió. Me sentí viva entonces y doy gracias por esa experiencia llena de vida.
Casi medio siglo después, en un momento en el que mi alma viajaba por un túnel largo y oscuro, a paso de tortuga hacia una dirección desconocida. Estaba en ese estado del corazón y la mente, los sentimientos y el razonamiento, de descanso, de intervalo entre una y otra etapa de mi vida.
Casi como una autómata, me senté frente a este aparato que era el único elemento que dejaba entrara en mis dias. No había ningún signo en mi percepción que me indicara lo que iba a sentir. Entré en esa página social con la que me unía a algunos miembros de la familia, con los que intercambiaba, alguna que otra información y através de la cual me hablaba con dos mujeres, una de mi país natal y otra de la isla bandera de la libertad.
Entonces hablando con uno y otro amigo conectado de una u otra forma a la música, lo ví. Abrazaba su guitarra como a una mujer, enamorado. Sus dedos acariciaban sus fibras más íntimas y su cuerpo la envolvia como el papel más lujoso envuelve un regalo muy especial.
Yo que me había muerto para todos, sentí ese calor especial que se siente cuando la vida nos ocupa de nuevo, ese calor de horno de barro listo para la horneada, esa agitación y la sensación inigualble en las rodillas, que si me ponia de pie no me iban a sostener. Me conmovió de sobremanera verlo abrazado con una chica, me encanto esa foto y casi de inmediato deduje que era su hija no su pareja. Lo que yo creí era su amor por la música y por la hija me hizo ver como que hay esperanza, de que hay todavía esa inocencia que existe en el amor paternaly universal. Muchas veces me sentí conmovida cuando nos comunicábamos.y cual no sería mi alegría cuando me decía cosas similares a las que yo sentía, en lo personal y lo político, realmente hermoso.
Nunca he considerado pedir nada a nadie si no se da naturalmente y así como espontáneo, sin planes ni preconceptos. Ahora, si debe ser, si llega ese ser con el cual caminar el resto de este sendero. que sea tan natural como la gota de lluvia que cae del alero de un rancho en el campo.
Bueno, te cuento todo esto porque sé que nunca nos veremos frente a frente ni tendrás tu brazo sobre mis hombros pero tenía que contártelo, porque es algo lindo que tu presencia causó en estos últimos meses. Me di cuenta desde entonces que no he muerto, que estoy muy viva y vibrante como una adolescente y te lo agradezco, sobre todo porque no hiciste sino estar allí.
15 DE mayo 2011
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