No sé si esto es
un deseo infinito de sentir
una fuerza inmensa de luchar
de encontrar nuevas brechas
de llegar al centro mismo de la luz
de tener en mis manos el magma de la vida
de no quemar sino encandilar las retina
de los que no se atreven a alejarse
e hipnotizados no entienden
que el fulgor es el reflejo
de sueños compartidos
de huellas dactilares en las superficies
de pieles siempre nuevas, renovada
alertas a cada tibieza,
a las mareas, a los embates estridentes
y a la calma subsiguiente.
Hambre y sed fundidas en un solo fuego
Ese del encuentro anunciado.
15-02-2011
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