
El sistema capitalista está allí para impedir la revelación de la creación libre de los de abajo.
Como un náufrago en la tempestad el hombre pobre, pone lo mejor de sí en cada brazada y la costa con cada marea se aleja, las corrientes con su subterfugio lo detienen.
Es importante dar poder al hombre en ese momento donde lo único que parece cierto es el fin. Es justo allí donde necesita ese madero que librará su rumbo hacia el punto donde su luz refulge.
Te tiendo el madero, no dejes la sal nublar tu mirada, aférrate y nada. Te señalaré las corrientes tan vívidas para mí. No las ignores. Abre tus sentidos no sólo a tu interior. No ignores el clamor de éstas mis voces que te anuncian el devenir.
Duele más la indolencia porque se presiente como un haraquiri. No lo hagas, la costa está cercana, te lo prometo, no la pierdas, allí, la arena tibia espera tu piel, tus músculos dolidos, para lamerlos con sus ternuras.
01.04.09 Mapucha Masariroa
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