“Algunas personas causan felicidad a donde van, otras cuando se van” Oscar Wilde.
Agradezco el efecto abre ojos
de tu funesto paso por mi vida.
Cual la muerte, irreconciliable, definitiva
en el momento ideal te vi alejarte
lágrimas besos abrazos de mi ausentes
sólo tu espalda llevándose la carga
de días inciertos, insípidos
de penumbras, sin color.
Cadáver, definitivamente,
“Dulcineo” esporádico te asomas
a resucitar, para caer de nuevo muerto.
La sangre calienta tus venas
en un país lejano.
Montaña sabia, de mi misma roca
parecías mas el fragor de las llamas
derritió tu coraza de cera, no de roca.
Se deshojaron cual años en ruinas
horas vividas de sortilegios inventados.
Alma en pena a mis sueños llegaste
a reclamar ternuras inexistentes.
Hoy siento nostalgias del amor bordado,
sueños hilvanados de justicia
de dos en uno y en todos
futiles cual mariposas en invierno.
Roca de mi magma, no sos
fuego de mi centro, no sos
angelical figura en mis delirios , no sos
ausente para siempre
hundido en tu penumbra
ausente de mi canto
desafinado acorde de mi palpitar
ópera sin libreto, barco sin brújula
anclado en el vacío de tangente final.
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