jueves, 19 de julio de 2012


PALESTINA GRIS I - INDIATUEL


dedicado a Amira y su familia que tocaron tan profundo mi corazön.
Amira , de Gaza.

"LAS LAGRIMAS DE GAZA" 
Amira es hermosa ( su nombre quiere decir Princesa en árabe) Tiene ese tipo de hermosura que contiene un inefable dolor que no se ve a menudo en los jóvenes. Su vida, también está enlazada por muerte y destrucción y la  desfiguración de su cuerpo por municiones. Ella nos cuenta que quiere ser abogado para llevar a los israelíes a los tribunales por los delitos que han cometido. Entonces, recordando a su padre y hermanos admite que ha deseado "haberse ido con ellos".

    1
Crujiente pasto helado en la mañana ,
aroma de café y pan caliente
cotidiano despertar,
infantiles voces alistándose, 
guirnaldas aladas
llenando de alegría el aire,
rezo, desayuno
horas de saber y amistad
esperaban sus huellas.

Frío aire matutino golpeaba los rostros
la misma inclemencia de aquel estival.
apurando  el paso,  gorriones brincando
de charquito en charco ,
llenando de gorgeos del camino el sol.

Al acogedor hogar marcó el reloj su regreso,
en su tibio seno  rodarían junto al padre
el ocaso de aquel día tan funesto.
  2
Huérfanos de madre ,
ronca paternal la voz complaciente
llenaba todo a desandar su ausencia

Llamaron  a la puerta
asombrado, diligente acudió al umbral
de inmediato revolvió la puerilidad el estruendo
no lo vieron, en el destruído pasillo
de humo lleno, la desierta calle no les devolvió
de él la  protectora imagen.

Tornaron adentro
y a sus pies lo hallaron
cubierto de sangre y  silencio.

Despavorida de dolor la niña
sus hermanitos de guardia,
como en las pesadillas
emitió gritos que nadie oía:
la calle desierta
explosiones,  escombros
crudo clamor, ni un alma llegó.
 3
De negro  otra explosión vistió los sentidos
al despertar, de medusa era su pierna,
se quedó hablando al rostro amado
pletórico de paz con la esperanza
de a la vida traerlo.

Los pequeños por una ambulancia
un médico o cualquiera, a su instancia fueron,
jamás volvió a verlos.

Segundos u horas pasaron,
entró por manta a cobijarlo,
otro misíl en estruendo
cayó a su lado y el mundo se esfumó.
 4
El amanecer en el balcón la sorprendió
su pierna inerte, expuestos los huesos, 
era como si un rosal rojo de amor
se hubiera desnudado:
vidrio, sangre, escombros, 
en un lago de dolor y muerte 
vomitó el agua y su dolor.

Todavía era la mañana,
otro proyectil junto al cadáver detonó,
visión última de él hecho pedazos,
disperso por el aire, la destruyó.

Se esfumó todo, un silencio espectral 
sólo la dulce y amada voz del padre
llamándola  en sus sueños de coma.
Entraba y salïa de la vida,
como danzando entre gasas y sedas
con él a su lado, su tibia mano en la suya,
“no te vayas, no me dejes, sin tí no puedo”
ella con esperanza pedía.

Cayó la noche y un rayo de luz
del helicóptero la hirió de miedo.
Alucinaciones, paternales súplicas:
“espérame, voy a buscarte”.
Seguir en el sueño no despertarse,
no más tortura, “debería ser yo, no ellos”;
escapar de las imágenes vívidas
los hermanitos corriendo por la ambulancia,
que a los dos de ese hogar postales,
a rescatar nunca llegara.
Soldados israelíes los balearon al correr
por salvar a los suyos, allí quedaron.
No más tortura, no más volver
a este infierno ya de ausencias.
El remordimiento le calcinaba 
lo más profundo de su esencia:
“los mandé a la muerte” se reprochaba.

 5
Ella aspira a ser jurista, remediar tanta injusticia.
Arroyos cubren su rostro, cuando inválida reniega
el don que Alá le otorgó: vivir sin ellos.

Huérfanos de hijo, le ofrecieron:
protección, hogar, compañía, 
abrumados, unieron sus dolores:
“I wish I had gone with them”
Hubiera querido irme con ellos,
suplica, resignada y
comparte con los viejos la aridez
que les dejó a los tres la muerte absurda.






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